martes, 16 de diciembre de 2008

una vez en el colegio me regalaron un Ekeko


"Típico juego de quincena de diciembre. Se pone en una bolsita papelitos con los nombres de todos los integrantes del equipo de chamba/colegio/universidad u otros. Cada uno saca uno de esos papelitos y te ves destinado a ser "amigo secreto" de esa persona hasta la fecha del devele, semanas después."


Una vez en el colegio me regalaron un Ekeko.

Hace años, cuando usaba uniforme a cuadros, medias guindas, mi pelo era un desastre y no conocía las bondades del maquillaje o el laceado japonés; toda mi promo decidió jugar al amigo secreto. Y debo reconocer que esas sí eran épocas en las que el amigo secreto era lo máximo.


Rodeadas de lapiceros de colores, stickers "peluditos", trolls y chupones de colores que te colgabas en el cuello; las más afanosas de la clase se ponían creativas y era casi una competencia por ver quién recibía más cosas de su amigo secreto.


A mi siempre me llegaban notitas o de vez en cuando un chocolate. Nada espectacular, pero la espectativa de saber quién era tu amigo secreto era altísima. Siempre se armaban boicots y comitivas que se dedicaban a averiguar quienes eran amigos secretos de las demás. Se hacían cambios estratégicos para que te toque tu mejor amiga o alguien de tu grupo de amigas.

Y es que tiene bastante sentido. Si te toca alguien a quien no conoces y no sábes qué le gusta o cómo es, tu regalo puede ser suertudamente acertado o completamente un desastre.


El tema es que, llegado el momento del devele, donde toda la promo se reunía y nos sentábamos en ronda mientras comiamos paneton y chocolate caliente...una a una se iba parando y decía de quién era amiga secreta y se acercaba para entregarle su regalo.


Yo en una esquina, con mi pelo ondulado larguísimo y afanadasa por recibir un regalo, esperé por unos 20 minutos para que digan mi nombre. Cuando lo dijeron y vi que mi amiga secreta no era ni mi amiga y con las justas me sabía su apellido, temí por mi regalo pero tuve la esperanza de que mi compañera de clase al menos tenga criterio y halla comprado algo genérico (regalo que le puede gustar a cualquiera...dícese por ejemplo: chocolates)


Yo nosé que pasaba por la mente de esta señorita pero cuando abrí mi regalo y vi que era nada más y nada menos que un EKEKO, no sabía si reir o llorar. Tal vez pensó que necesitaba suerte, y un poco de ruda, moneditas y lentejas que cargaba el señor ekeko le harían bien a mi alma colegial.

Fue uno de esos momentos en los que, considerando que nos encontrábamos en los 90's y no existian los blogs para mi, hubiera mandado mi historia a la revista TU como un "tragame tierra" y seguro hubiera usado la expresión..."que oso!".


Este año estamos jugando al amigo secreto en la chamba y no se había manifestado hasta hoy que me mandó un post it que dice: Disfrútalo!! (con su carita feliz más) y un ... Disculpa la tardanza... el amigo secreto. Este amigo secreto debe conocerme bien porque me mandó un chocolataso que disfrutaré a media tarde y del que luego tendré cargo de conciencia porque ya llegó el verano y ese rollito cerca al ombligo sigue presente.



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